Lucía Terol (Valencia)
“El silencio de la caracola es ese espacio desde el que identificar el orden que cada persona necesita en este momento vital, para, desde ahí, plasmarlo según las posibilidades disponibles. Un orden que, como el silencio de la caracola, no precisa de esfuerzo para existir o mantenerse”.
Es organizadora profesional y creadora del proyecto de minimalismo Sencillez Plena, a través del cual acompaña a personas en sus procesos de orden para que puedan recuperar sus espacios, su tiempo y su calma. Tiene una mirada espiritual hacia el orden. Es autora de los libros “Esencia minimalista”, “Limpieza natural sencilla” y “El alma del baño”.
Ha viajado mucho, también como cooperante internacional. Se ha mudado más de veinte veces y ha vivido en muchos países a lo largo del mundo, al principio con una maleta gigante. Luego fue dándose cuenta de que tener más posesiones no equivalía a ser más feliz y que, por el contrario, un exceso de pertenencias muchas veces implicaba un peso físico y emocional.
Sabía que en un planeta finito un consumo infinito era insostenible, pero no fue hasta unos años más tarde cuando pudo integrar este concepto. Le surgió la posibilidad de hacer un retiro de soledad y ayuno en Brasil y aquella experiencia lo cambió todo.


¿De qué depende que percibamos un espacio físico como más o menos silencioso?